Anoche discutía con unos amigos respecto de varios temas, entre ellos, el significado del Liderazgo, de la Universidad, de los ejecutivos, y de los negocios (los cuatros somos ingenieros comerciales; dos de nosotros con MBA, y otro con Magíster en Logística).
Ellos me decían que los gerentes deberían tener la capacidad de ser expertos en su tema. Por ejemplo, el del Magíster en Logística, decía que él quería llegar a ser una “Autoridad” en Logística, con el fin de diferenciarse de la competencia, cosa que me parece excelente, sin embargo ante eso le pregunté:
- “Y, ¿qué pasaría cuando tu expertise logístico solo diera soluciones técnicas a un eventual nuevo escenario, que solo ayudase a resolver la situación en el cortísimo plazo, escondiendo de esa forma el problema tener un desafío adaptativo subyacente, que requeriría no solo de tu expertise logístico, sino que de cambios en los hábitos, valores, y actitudes de las personas involucradas en dicho escenario, que al no ser enfrentado, iría agravando aun más la situación?
Esta pregunta desafiante, generó un breve silencio. Luego, mi amigo contestó:
- “No sé.”
Ese es el problema que tenemos hoy, los ejecutivos y profesionales en general. Que no sabemos responder ante escenarios de incertidumbre, donde hay que romper paradigmas y adaptarse a los cambios. Se nos ha enseñado y entregado muchas habilidades y herramientas técnicas o “duras”, que solo dan respuesta a escenarios ya probados y conocidos. Pero no nos han enseñado a enfrentar problemas en escenarios de incertidumbre, donde las respuestas no son conocidas, y que por ende, nos llevan a cuestionar, no solo la actual manera de proceder en una organización, sino que nos llevan a cuestionar nuestros valores, actitudes y hábitos.
En el fondo, no nos han enseñado habilidades “blandas” (yo prefiero llamarles "Relacionales") como el Liderazgo, la Escucha Profunda, la Gestión de las Emociones y la generación de Espacios Emocionales Adecuados, Manejo de Conflictos, Gestión del Cuidado, Gestión de la Confianza, y Gestión de herramientas Conversacionales, Autogestión, Comunicación de un Propósito, Integridad y Autenticidad del SER, entre las principales.
Veamos el Liderazgo, (como siempre he postulado) es la actividad de movilizar a las personas y a uno mismo, con un sentido de propósito común, en escenarios de incertidumbre para que enfrentemos problemas difíciles, donde las respuestas no son conocidas, y donde por lo tanto, todos somos parte del problema y al mismo tiempo responsables de la solución. Esto, no se aprende "técnicamente o por medio de habilidades "duras", muy por el contrario, se desarrollan y requieren tiempo para el aprenderlas, incorporarles y ponerlas en práctica de forma eficiente.
Así, las llamadas habilidades duras, que son de índole técnico, hoy son commodities, no generan mayor diferenciación, ni menos agregan valor. Se adquieren o compran “al por mayor”. Son la base de cualquier profesional, y como base, no mayor elemento de diferenciación profesional.
Por el contrario, las habilidades blandas/Relacionales como el Liderazgo y las otras mencionadas, son las que hoy hacen la verdadera diferencia entre un profesional y otro, y son las que realmente agregan valor a una organización.
Las Organizaciones que han tomado partido y se ha hecho cargo de esto, están comenzando a obtener resultados extraordinarios, no solo a nivel económico y financiero, sino a nivel humano, generando así, un círculo virtuoso expansivo de posibilidades y de excelencia organizacional.
Son organizaciones cuyo foco y centro son las personas, entendiendo que ellas son quienes generan los cambios y ejecutan y desarrollaran los quehaceres productivos. Gerentes cuyo rol ya no es de mandar y controlar, sino que son meros facilitadores y fuente de desarrollo de las personas con quienes trabajan, y generadores de espacios seguros, donde todos pueden ser sí mismo sin temor a ser juzgados, consiguiendo con ello, desenvolverse en un entorno basado en la Confianza y como resultado, un estado emocional de agradecimiento.
Las Organizaciones que han tomado partido y se ha hecho cargo de esto, están comenzando a obtener resultados extraordinarios, no solo a nivel económico y financiero, sino a nivel humano, generando así, un círculo virtuoso expansivo de posibilidades y de excelencia organizacional.
Son organizaciones cuyo foco y centro son las personas, entendiendo que ellas son quienes generan los cambios y ejecutan y desarrollaran los quehaceres productivos. Gerentes cuyo rol ya no es de mandar y controlar, sino que son meros facilitadores y fuente de desarrollo de las personas con quienes trabajan, y generadores de espacios seguros, donde todos pueden ser sí mismo sin temor a ser juzgados, consiguiendo con ello, desenvolverse en un entorno basado en la Confianza y como resultado, un estado emocional de agradecimiento.
La gran pregunta entonces es: ¿está tú organización preparada para desarrollar gerentes y ejecutivos que junto con sus habilidades duras, sean capaces de desarrollar estas otras?